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10 SENCILLAS REGLAS PARA SER AMABLE

¡Se Amable!

Retomando el tema de la gentileza, hoy quiero compartirte 10 breves pero poderosas reglas que pueden ayudarte a convertirte en una mejor persona e impactar de manera positiva tu mundo.

            La amabilidad y la gentileza son virtudes que con el tiempo y el ritmo desenfrenado de la vida moderna se han ido perdiendo; el estrés y las preocupaciones propias del estilo de vida tan demandante que hemos adoptado han socavado la capacidad de las personas para preocuparse por otros, empatizar y tener compasión.

            Reflexiona y medita estas reglas, aplícalas, compártelas y hagamos juntos de este mundo un lugar más amable.

  1. Piensa en los demás antes que en tí mismo.
  2. Pide las cosas "por favor”.
  3. Da las gracias.
  4. Sonríe.
  5. Pide disculpas cuando tengas que hacerlo.
  6. Apaga tu celular cuando estés compartiendo momentos importantes.
  7. Llega temprano.
  8. Se optimista y ayuda a los demás a sentirse bien.
  9. Mantén tus promesas.
  10. Se humilde.


            Breve, sencillo, obvio, pero poderoso. Pon en práctica estas sencillas reglas y verás que las cosas cambian “mágicamente”, genera una inercia positiva hacia el cambio.
           
            Recuerda:

            “Hay tres cosas importantes en la vida: ser amable, ser amable y ser amable”. Henry James
                                                                                                           

COMPAÑEROS PARA EL ÉXITO

Tu equipo para Alcanzar el Éxito

            ¿Has  sentido alguna vez que te faltan las fuerza para alcanzar un objetivo, que no eres capaz por ti mismo de poder conseguir las cosas que te has propuesto, te ha ocurrido que el desgano, la apatía o la pereza se apoderan de ti y, literalmente, te encadenan a la inacción, que el miedo a lo desconocido o a salir de tu zona de confort te produce ansiedad y temor a fracasar o, peor aún, a ganar?

            Todos lo hemos sentido y, desgraciadamente, para muchas personas esto se vuelve un hábito que termina convirtiéndose en una forma de vida caracterizada por la insatisfacción, frustración y una infelicidad abrumadora.

            Los humanos somos seres que por naturaleza buscamos asociarnos, crear redes y lazos que perduren en el tiempo ya sea para darnos seguridad, confort o por simple conveniencia a nuestros intereses. El problema es que así como tenemos la necesidad y la urgencia de asociarnos y sentirnos parte de un grupo también es cierto que no siempre discriminamos de manera adecuada el tipo de personas con quienes nos relacionamos.

Esto no tiene nada de raro si atendemos al hecho de que buscamos relacionarnos con aquellas personas con las que sentimos afinidad por alguna de las tantas inclinaciones, apetitos, apegos o deseos que posee nuestro ser. Recordemos y tengamos bien presente que somos seres constituidos por todo un andamiaje físico, emocional e intelectual y que cada uno de estos elementos tiene una forma bien precisa y definida de responder antes los estímulos del mundo.

Cada uno de estos elementos o mentes, que ya hemos tratado en temas anteriores, tiene su propio inventario y reacciona de manera mecánica o automática, por afinidad o asociación a aquello que le es natural, común o conocido. De ahí que siempre terminemos rodeados por el mismo tipo de personas, teniendo siempre los mismos problemas, obteniendo los mismos trabajos y quedando siempre con la sensación de que no estamos donde realmente debemos.

El entorno o contexto donde te mueves y el tipo de personas con quienes creas alianzas es fundamental para alcanzar el éxito en todo aquello que te propongas.

Hoy quiero compartirte algunos ejemplos del tipo de compañeros que debes buscar para crear redes y equipos o asociaciones que los lleven a potenciar sus habilidades y dones de tal manera que todos ganen y vean como sus sueños se convierten en realidad.

 Compañeros Para El Éxito:
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  • Comparten tu pasión. Busca gente que quiera ir o que vaya hacia donde tú te diriges, personas que compartan tu pasión por los mismos objetivos y que de verdad estén dispuestas  a trabajar arduamente para alcanzar sus metas.
  • Quieren un cambio. Busca a toda esa gente que está inconforme con sus circunstancias actuales, que esté buscando un cambio y quiera de una vez por todas darle un giro total a su mundo y comenzar a vivir con nuevo estilo de vida.
  • Se enfocan en lo positivo. Los compañeros para el éxito señalan los aspectos negativos sólo como punto de partida para mejorar y convertirlos en áreas de oportunidad. Rodéate de gente que tenga la clara consciencia de que para obtener cosas grandiosas, positivas y hermosas es necesario mantenerse enfocado en lo grandioso, positivo y hermoso que el mundo tiene para dar. Aléjate de la gente mala vibra que sólo abre la boca para criticar, señalar o destruir con sus palabras.
  • Les gusta ayudar. Los candidatos ideales para compañeros del éxito son personas que gustan de ayudar a otros, saben que en la medida que ayudan a los demás crecen y se ayudan a sí mismos, enseñar es una forma de aprender y en la medida que damos es que recibimos.
  • Aman compartir. Comparten sin esperar más recompensa que la satisfacción de tener el corazón y el alma llenos de alegría y armonía por ver que sus actos tienen repercusiones positivas en el mundo, que su ejemplo es luz y faro de guía para muchos otros que también quieren ver un cambio en su mundo y que aún no se deciden a actuar.
  • Les gusta hacer amigos. Al compañero del éxito le gusta hacer amigos, expandir su red de conocidos y verse rodeado de más y más gente, sabe que en la medida que su campo de influencia se magnifica también así se magnifica el poder de hacer llegar sus ideas y pensamientos a más personas, creando una inercia que pueda generar un cambio positivo
  • Te nutren con su experiencia. El compañero del éxito no es una persona egoísta que guarde para si los secretos que lo han ayudado a superar la adversidad de la vida, es una persona que goza al compartir su experiencia y sabe que, a pesar de que nadie experimenta en cabeza ajena, sus vivencias pueden servir de ejemplo y directriz para aquellos que tengan la humildad de abrir sus oídos y recibir el consejo de aquellos que ya han transitado el camino o parte de él.
  • Emprenden la acción. El compañero del éxito es una persona que no perderá la oportunidad de platicarte lo que está haciendo, contarte sus sueños, anhelos y aspiraciones, es una persona que tratará de animarte a que emprendas el camino que los pueda llevar a que juntos alcancen sus metas, pero ojo, no es un fantasioso o soñador que sólo pierde su tiempo en divagues y palabras al aire. Una vez que haya compartido contigo sus propósitos, dará la vuelta y comenzará el ascenso a la cima, contigo, o con aquellos que ya están andando.


Recuerda:

“Trabajando en equipo se pueden lograr cosas que para una sola persona parecerían imposibles” Tona Estrada

¿Quiénes son tus compañeros?


EL PODER TRANSFORMADOR DE LA GENTILEZA



             Voy conduciendo por una de las calles más céntricas de mi ciudad, es “hora pico” y el tránsito vehicular es denso, la gente va a prisa saliendo de sus trabajos, la mirada perdida y el pensamiento puesto en el descanso o la comida que pronto estará servida  a la mesa.

            Yo espero, en una esquina, el cambio del semáforo del alto al siga, veo a la gente pasar pero sin poner mucha atención, los rostros, la vestimentas, las actitudes, todas pasan frente a mí por igual sin mayor distinción, voy distraído y repasando mentalmente la ruta que debo seguir para llegar  a mi destino.

            El semáforo cambia, los autos están por avanzar y, de pronto, algo capta mi atención, un gesto, una actitud, un brevísimo incidente que no durará más que los segundos que tarde en pasar pero que ha de iluminar y marcar mi corazón por mucho tiempo.

Un joven acaba de bajar la banqueta para cruzar la calle, su mirada va clavada en el piso, cómo meditando algo, va vestido según el modo de los jóvenes: playera, jeans; se ve limpio, de clase media tal vez. Lo que sucede a continuación me sorprende y enternece. Junto a él, en sentido opuesto, acaba de pasar un hombre mayor, vestido con ropas sucias, desprolijo, cabello largo y barba canosa, trae un bastón y camina con dificultad, es ciego.

            El muchacho que va con su mirada fija en el piso, se queda estático, sucede en una fracción de segundos pero a mí me parece un momento suspendido, sin tiempo. Ni siquiera voltea a ver a su alrededor, los vehículos que están por arrancar y podrían atropellarlo, levanta el rostro con un gesto entre sorpresa y vacilación.

            El muchacho entonces gira sus pasos y camina hacia este hombre que está por subir a la banqueta que él acaba de bajar, se acerca a su lado y lo toma suave y gentilmente del brazo por la muñeca y el codo; lo encamina y lo ayuda despacio a subir a la acera y esquivar un poste que estaba en su camino y con el cual, quizás, se hubiera dado de frente si él no le hubiera ayudado a guiar sus pasos.

Lo que sucedió después no lo sé, ya había pasado yo y seguía mi camino, sin embargo este simple, sencillo y breve acto me dejó una sensación que aún perdura, una calidez en el corazón que por alguna extraña razón aun me conmueve y me hace pensar que quizás todos somos como ese hombre: ciegos en un camino lleno de obstáculos, ajenos y ausentes a la vista de muchos y necesitados de la ayuda de alguien que tenga una clara visión para no darnos de lleno con las vicisitudes de la vida y la rudeza del mundo.

A muchos les parecerá un hecho común y sin importancia, algo cotidiano. Para mí fue el ejemplo vivo de la amabilidad, la bondad y, si se quiere, “amor desinteresado”. No conozco los motivos del joven para hacer lo que hizo, que lo inspiró para detenerse en seco y hacer lo que ninguno de los que pasaban por ahí tuvo la gentileza de hacer.

Qué pasaría si de pronto todos actuáramos así, con más amor y menos egoísmo, con mayor gentileza y menor rudeza, con más humildad y menos soberbia, con más empatía y menos egoísmo. Tengo la total certeza que si esto sucediera el mundo se transformaría en un lugar más agradable, armonioso, luminoso.

Ese pequeño gesto, aislado en un mundo caótico y voraz, sin lugar a dudas trascendió, trascendió por el impacto que tuvo en mí, los que lo presenciamos y que ahora comparto contigo. Quizás no cambie el mundo pero me cambió a mí y cambió a ese joven, por que quien actúa cómo el actuó sin duda enriquece su corazón, su alma, su Ser, y se convierte en un mejor Ser humano, se transforma y se llena de luz.

Ojalá y tengamos muchos el valor de ser gentiles y transformar con la suma de nuestras pequeñas acciones el mundo en que vivimos.

Recuerda:

“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Platón

¡Se gentil!


YA LO HAS HECHO

Tu ya conoces el sabor del éxito

            Hoy quiero simplemente recordarte lo grandioso que eres y el inmenso poder con el que cuentas para realizar cualquier cambio que quieras, ver mejorar tu vida y alcanzar tus objetivos.

            A todos nos ha sucedido de pronto vernos extraviados, con nuestros pasos desviados del camino que nos habíamos trazado y la esperanza aletargada en algún rincón. De vez en cuando caemos en los baches del desánimo y la negatividad, y pareciera que no podemos más que mantenernos a flote.

            Cuando esto te llegue a ocurrir solamente recuerda que tú ya has superado la adversidad, tú ya has alcanzando el éxito anteriormente, tú ya has vencido a la negatividad y has triunfado cuando otros apostaban por lo contrario.

            Recuerda todas las victorias que has tenido, sin importar lo pequeñas que creas que son, no hay victorias grandes o pequeñas sólo desafíos que fueron conquistados, obstáculo que fueron vencidos y  lo puedes lograr cada vez que así lo quieras.

            Haz volver a tu mente todas aquellas cosas que has obtenido, todos los momentos en que pudiste saborear la satisfacción de haber conquistado un logro, de saber que estabas haciendo lo correcto y tu corazón se inflamaba de gozo por tener en tus manos el fruto de tu esfuerzo.

            Desde  pequeños hemos tenido que vencer obstáculos, aprender a caminar, aprender a leer y escribir, a hablar. Piensa en todas “aquellas pequeñas cosas” que te han hecho sentir grande: el examen que creíste que no lograrías pasar, la materia que se te dificultaba y lograste acreditar, la persona que veías inalcanzable y que un día de pronto estaba a tu lado sosteniendo tu mano, aquel trabajo que anhelabas y que te fue concedido, la promoción o aumento que esperabas, la culminación de tus estudios y tu título profesional, el negocio que soñabas y que viste hecho realidad, tu boda, tus hijos… tu vida misma.

            Piensa en todo aquello que has logrado, en todo lo que no te has permitido reconocerte y darte cuenta de que ¡TÚ YA HAS ALCANZADO EL ÉXITO! Tú ya eres un Ser maravilloso, pleno y gozosamente exitoso y, que así como has podido conquistar cualquier meta anteriormente, hoy puedes hacer lo mismo y lograr todo aquello que te propongas.

            Deja las dudas y los temores, mírate al espejo y gózate en la presencia de tu Magnifico y Poderoso Ser, fuiste dotado de una facultad llamada VOLUNTAD para ejercerla y enseñorearte de ella.

            No permitas que una mala jugada eche por los suelos toda la partida, nada está perdido, todo es aprendizaje, EL ÉXITO ESTÁ EN TUS MANOS.

            Recuerda:

“Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr”.  William Faulkner