Es un hecho innegable que los seres humanos tenemos siempre sueños que realizar, anhelos que cumplir y objetivos por alcanzar. Sea terminar una carrera, obtener un buen trabajo, tener una pareja, comprar una casa o el auto preferido, tener hijos o simplemente ser feliz.
La vida se convierte en una carrera por la consecución de esas cosas que nos han de llenar de dicha y hacernos sentir plenos.
Como hemos visto, sin embargo, no siempre el cómo lograr estos objetivos está claro en nuestras mentes y el método para conseguirlo suele ser desconocido o vago. Vamos a tientas, como ciegos, sin tener un mapa del camino y con una visión distorsionada de nosotros mismos por años y años de “abusos” contra nuestra propia persona. Nos enfrentamos a las contingencias de la vida y a los “monstruos” de la adversidad con “varitas de madera”, vamos como locos cabalgando contra “molinos de viento”, con las percepción tergiversada de aquello con lo que nos enfrentamos y de las herramientas con las que contamos.
Te has preguntado ¿qué estás haciendo “hoy” para alcanzar las metas que te has propuesto? ¿Es tu día a día un plan bien definido de manera consciente para encaminarte a la consecución de tu éxito? ¿Conoces la estrategia y el método?
Cada día de tu vida, cada minuto, cada segundo es "la oportunidad de tener una oportunidad”, de tomar la decisión determinante de poner en tus manos el control de tu vida y comenzar a trabajar por aquello que anhelas, o que quizás hayas anhelado por mucho tiempo, y que el temor te ha impedido realizar.
Cuando mires al espejo intenta apreciarte de manera detallada, pregúntate. ¿Cuántos años tienes? ¿Eres la persona que creíste que serías a esa edad? ¿Qué te ha faltado? ¿Quieres seguir perdiendo más tiempo sin hacer nada? Ver que pasen 5 o 10 años y que lo único que cambió en ti es que eres más viejo.
Analiza con detenimiento y reflexiona sobre lo que es tu vida, si es aquello que deseabas y planeaste ¡te felicito! pero, si no es así, ¿que estas esperando para decidirte a cambiarla?
Somos el fruto de lo que hemos sembrado a lo largo de nuestras vidas, si al día de hoy te das cuenta de que tu árbol no ha dado frutos, ¡PONTE A SEMBRAR! Comienza a dedicarle tiempo y trabajo a lo que amas y te llena de dicha. Con paciencia, esfuerzo, disciplina y diligencia comenzarás a ver el germen de tu AMOR por que lo que haces y cuando menos te des cuentas, estarás saboreando los dulces frutos de una semillita que, un día como hoy tal vez, decidiste sembrar.
Recuerda:
“La ley de la cosecha es cosechar más de lo que se siembra. Siembra un acto, y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosechas un carácter. Sembrar un carácter y cosechas un destino”. James Allen.
¡Que tengas buena siembra!
La vida se convierte en una carrera por la consecución de esas cosas que nos han de llenar de dicha y hacernos sentir plenos.
Como hemos visto, sin embargo, no siempre el cómo lograr estos objetivos está claro en nuestras mentes y el método para conseguirlo suele ser desconocido o vago. Vamos a tientas, como ciegos, sin tener un mapa del camino y con una visión distorsionada de nosotros mismos por años y años de “abusos” contra nuestra propia persona. Nos enfrentamos a las contingencias de la vida y a los “monstruos” de la adversidad con “varitas de madera”, vamos como locos cabalgando contra “molinos de viento”, con las percepción tergiversada de aquello con lo que nos enfrentamos y de las herramientas con las que contamos.
Te has preguntado ¿qué estás haciendo “hoy” para alcanzar las metas que te has propuesto? ¿Es tu día a día un plan bien definido de manera consciente para encaminarte a la consecución de tu éxito? ¿Conoces la estrategia y el método?
Cada día de tu vida, cada minuto, cada segundo es "la oportunidad de tener una oportunidad”, de tomar la decisión determinante de poner en tus manos el control de tu vida y comenzar a trabajar por aquello que anhelas, o que quizás hayas anhelado por mucho tiempo, y que el temor te ha impedido realizar.
Cuando mires al espejo intenta apreciarte de manera detallada, pregúntate. ¿Cuántos años tienes? ¿Eres la persona que creíste que serías a esa edad? ¿Qué te ha faltado? ¿Quieres seguir perdiendo más tiempo sin hacer nada? Ver que pasen 5 o 10 años y que lo único que cambió en ti es que eres más viejo.
Analiza con detenimiento y reflexiona sobre lo que es tu vida, si es aquello que deseabas y planeaste ¡te felicito! pero, si no es así, ¿que estas esperando para decidirte a cambiarla?
Somos el fruto de lo que hemos sembrado a lo largo de nuestras vidas, si al día de hoy te das cuenta de que tu árbol no ha dado frutos, ¡PONTE A SEMBRAR! Comienza a dedicarle tiempo y trabajo a lo que amas y te llena de dicha. Con paciencia, esfuerzo, disciplina y diligencia comenzarás a ver el germen de tu AMOR por que lo que haces y cuando menos te des cuentas, estarás saboreando los dulces frutos de una semillita que, un día como hoy tal vez, decidiste sembrar.
Recuerda:
“La ley de la cosecha es cosechar más de lo que se siembra. Siembra un acto, y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosechas un carácter. Sembrar un carácter y cosechas un destino”. James Allen.
¡Que tengas buena siembra!
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