Recuerda que la actitud con que enfrentamos las circunstancias determina nuestro éxito o fracaso.
Aquello que somos y la forma en cómo percibimos el mundo está determinado por todo un sistema de datos y reacciones que se concatenan para dar como resultado nuestro carácter y la actitud general con la que respondemos ante los eventos cotidianos. Hemos ya visto que desde que nacemos venimos absorbiendo información y conceptos que han de crear nuestro inventario, este inventario es el responsable de formar nuestro sistema de creencias y este a su vez, es el que determina cómo nos conducimos en el mundo. Todo lo que somos está contenido en dicho inventario. Te sugiero que antes de continuar leyendo le des un vistazo a los artículos: LAS CUATRO INTELIGENCIAS y LA MENTE INTELECTUAL.
Cada una de nuestras cuatro mentes está inextricablemente ligada una a la otra de tal manera que no existe acción o reacción, sea interna o externa, que no estén íntimamente relacionadas.
La mente emocional, y su respectiva inteligencia, es la que se encarga de regular las reacciones emocionales que tenemos; ella se encarga de almacenar la “memoria emocional” y los patrones emocionales con los cuales hemos de responder y “reaccionar” ante el mundo y sus circunstancias; cómo respondemos a la interacción con otros seres humanos (Autoconfianza y relaciones interpersonales); cómo enfrentamos y respondemos a los problemas (Asertividad); y cómo respondemos a nuestra propia imagen (Autoestima y relaciones intrapersonales). Esta mente es la más rápida de todas, su velocidad de reacción es tal que, ENTRE SENTIR Y EXPRESAR UNA EMOCIÓN NO HAY PRÁCTICAMENTE DIFERENCIA.
El ejemplo más claro para todos es el del enojo. Todos alguna vez hemos experimentado un arranque de ira y haber dicho o hecho algo de lo cual posteriormente, al calmarnos y “haber pensado bien” las cosas, nos arrepentimos. Lo mismo sucede con todas la emociones, sientes una gran tristeza y los ojos al momento se arrasan y se te hace un nudo en la garganta. Esto es normal, es como nuestro cuerpo ha sido constituido. La mente emocional es un gran regulador de nuestra salud y la principal herramienta, después del intelecto, con la cual contamos para saber cuando vamos por buen camino o simplemente estamos equivocando nuestros pasos. Esto último ligado con la “mente instintiva” crea en nosotros lo que llamamos: Intuición. Es muy claro, si sientes que algo no está bien, ¡es porque no lo está!
El problema con la mente emocional es que adolece de lo mismo que la intelectual: ha sido alimentada con información, mala y deficiente. Las emociones también se aprenden. Al igual que con el inventario, la “memoria emocional” guarda un registro meticulosos de los sentimientos que se generan en nosotros y de todo lo relacionado con su origen y consecuencias. Desde que tomamos conciencia del poder de las emociones comenzamos a volvernos expertos en su manejo, la cuestión es que solo solemos hacer uso de este control cuando nos conviene. Puedes ver claramente, o recordar incluso, cómo eras capaz de “torcer” alguna situación a tu favor cuando querías obtener algún permiso por parte de tus padres. Obedecías, te volvías “dócil”, hacías lo necesario para ganarte el permiso, teniendo que soportar circunstancias que no eran de tu agrado. En el trabajo, todos alguna vez tuvimos que soportar a un jefe tirano y debimos mantener un estricto control sobre nuestras emociones para no estallar y soltarle en la cara lo que pensábamos de él. Observa un niño pequeño, quiere algo y sabe que con su llanto muy posiblemente lo obtenga.
Este manejo de las emociones como te comento, no surge de la nada, sino que es aprendido conforme vamos creciendo y se refuerza con nuestras asociaciones mentales y motrices. Al observar cómo se conducen los adultos aprendes que hay ciertas muecas, gestos, que van ligados con alguna emoción específica y se originan dentro de algún contexto determinado. Es así como aprendes que cuando alguien te insulta debes sentirte ofendido, si alguien te agrede debes enojarte y responder la agresión, si alguien “hiere tus sentimientos” debes entristecerte.
El poder de las emociones es tan grande y tan veloz en su manifestación que no solemos ser conscientes de él A MENOS QUE DE MANERA DELIBERADA SEPAMOS HACIA DONDE VAMOS Y LO QUE QUEREMOS OBTENER.
Pon mucha atención a lo que acabas de leer porque aquí hay un gran secreto. Por lo demás, solemos ser unos incompetentes en cuanto al manejo de las emociones se trata, pero cuando tenemos una meta fija, un objetivo, SOMOS CAPACES DE OBTENER CONTROL SOBRE LA TOTALIDAD DE NUESTRO SER, ES DECIR, NOS HACEMOS CONSCIENTES DE LA TOTALIDAD DE NOSOTROS MISMOS.
La cuestión, entonces, cuando de control sobre las emociones se trata, es tener un objetivo bien definido, tener nuestra atención bien puesta en la meta que queremos lograr y hacer que nuestras cuatro mentes estén “encuadradas” para trabajar por ese mismo objetivo. Que nuestras acciones sean el resultado coherente de lo que pensamos, de lo que sentimos y no una caótica y desenfrenada reacción de nuestra falta de control emocional y debilidad intelectual.
Debes definir bien cuál es tu objetivo, cuál es tu meta principal. Habrá otras cosas en las cuales enfocar tu atención pero deberá siempre existir una meta mayor hacia la cual deberás encaminar tus pasos y esfuerzos. Al inicia este Blog manifesté que no hay más grande y mejor tarea para un ser humano que la de ALCANZAR LA MAESTRÍA DEL SER CONSCIENTE DE SU PROPIO SER. Luchar por conquistar esta meta es lograr la Felicidad y alcanzar el éxito. Todo lo demás, es consecuencia lógica.
En el transcurso de nuestra vida hemos aprendido la manera equivocada de sentir, nos han enseñado a sentir de manera egoísta y, en la mayoría de los casos, a sentirnos menos de lo que en realidad somos. Tienes a tu alcance un arma poderosa para cambiar todo esto, tienes el poder de tu voluntad y la capacidad de discernir lo que realmente es útil para tu crecimiento.
Comienza a despojarte de viejos ropajes, suelta todas las emociones negativas que solo te limitan y retrasan tu carrera al éxito. Nutre tu corazón con nuevas y mejores emociones, aliméntate de Dicha, Amor, Esperanza, Fortaleza. Permite a tu mente soñar y a tu corazón emocionarse con la posibilidad de lograr aquello que tanto anhelas y que representa para ti la felicidad.
Establece tu objetivo y conviértete en el maestro y timonel de tus emociones, no seas como un barco a la deriva, azotado por el vaivén del mar de las emociones.
Recuerda:
“Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol”. Napoleón Hill
¿Y tú, pierdes fácilmente el control?
Aquello que somos y la forma en cómo percibimos el mundo está determinado por todo un sistema de datos y reacciones que se concatenan para dar como resultado nuestro carácter y la actitud general con la que respondemos ante los eventos cotidianos. Hemos ya visto que desde que nacemos venimos absorbiendo información y conceptos que han de crear nuestro inventario, este inventario es el responsable de formar nuestro sistema de creencias y este a su vez, es el que determina cómo nos conducimos en el mundo. Todo lo que somos está contenido en dicho inventario. Te sugiero que antes de continuar leyendo le des un vistazo a los artículos: LAS CUATRO INTELIGENCIAS y LA MENTE INTELECTUAL.
Cada una de nuestras cuatro mentes está inextricablemente ligada una a la otra de tal manera que no existe acción o reacción, sea interna o externa, que no estén íntimamente relacionadas.
La mente emocional, y su respectiva inteligencia, es la que se encarga de regular las reacciones emocionales que tenemos; ella se encarga de almacenar la “memoria emocional” y los patrones emocionales con los cuales hemos de responder y “reaccionar” ante el mundo y sus circunstancias; cómo respondemos a la interacción con otros seres humanos (Autoconfianza y relaciones interpersonales); cómo enfrentamos y respondemos a los problemas (Asertividad); y cómo respondemos a nuestra propia imagen (Autoestima y relaciones intrapersonales). Esta mente es la más rápida de todas, su velocidad de reacción es tal que, ENTRE SENTIR Y EXPRESAR UNA EMOCIÓN NO HAY PRÁCTICAMENTE DIFERENCIA.
El ejemplo más claro para todos es el del enojo. Todos alguna vez hemos experimentado un arranque de ira y haber dicho o hecho algo de lo cual posteriormente, al calmarnos y “haber pensado bien” las cosas, nos arrepentimos. Lo mismo sucede con todas la emociones, sientes una gran tristeza y los ojos al momento se arrasan y se te hace un nudo en la garganta. Esto es normal, es como nuestro cuerpo ha sido constituido. La mente emocional es un gran regulador de nuestra salud y la principal herramienta, después del intelecto, con la cual contamos para saber cuando vamos por buen camino o simplemente estamos equivocando nuestros pasos. Esto último ligado con la “mente instintiva” crea en nosotros lo que llamamos: Intuición. Es muy claro, si sientes que algo no está bien, ¡es porque no lo está!
El problema con la mente emocional es que adolece de lo mismo que la intelectual: ha sido alimentada con información, mala y deficiente. Las emociones también se aprenden. Al igual que con el inventario, la “memoria emocional” guarda un registro meticulosos de los sentimientos que se generan en nosotros y de todo lo relacionado con su origen y consecuencias. Desde que tomamos conciencia del poder de las emociones comenzamos a volvernos expertos en su manejo, la cuestión es que solo solemos hacer uso de este control cuando nos conviene. Puedes ver claramente, o recordar incluso, cómo eras capaz de “torcer” alguna situación a tu favor cuando querías obtener algún permiso por parte de tus padres. Obedecías, te volvías “dócil”, hacías lo necesario para ganarte el permiso, teniendo que soportar circunstancias que no eran de tu agrado. En el trabajo, todos alguna vez tuvimos que soportar a un jefe tirano y debimos mantener un estricto control sobre nuestras emociones para no estallar y soltarle en la cara lo que pensábamos de él. Observa un niño pequeño, quiere algo y sabe que con su llanto muy posiblemente lo obtenga.
Este manejo de las emociones como te comento, no surge de la nada, sino que es aprendido conforme vamos creciendo y se refuerza con nuestras asociaciones mentales y motrices. Al observar cómo se conducen los adultos aprendes que hay ciertas muecas, gestos, que van ligados con alguna emoción específica y se originan dentro de algún contexto determinado. Es así como aprendes que cuando alguien te insulta debes sentirte ofendido, si alguien te agrede debes enojarte y responder la agresión, si alguien “hiere tus sentimientos” debes entristecerte.
El poder de las emociones es tan grande y tan veloz en su manifestación que no solemos ser conscientes de él A MENOS QUE DE MANERA DELIBERADA SEPAMOS HACIA DONDE VAMOS Y LO QUE QUEREMOS OBTENER.
Pon mucha atención a lo que acabas de leer porque aquí hay un gran secreto. Por lo demás, solemos ser unos incompetentes en cuanto al manejo de las emociones se trata, pero cuando tenemos una meta fija, un objetivo, SOMOS CAPACES DE OBTENER CONTROL SOBRE LA TOTALIDAD DE NUESTRO SER, ES DECIR, NOS HACEMOS CONSCIENTES DE LA TOTALIDAD DE NOSOTROS MISMOS.
La cuestión, entonces, cuando de control sobre las emociones se trata, es tener un objetivo bien definido, tener nuestra atención bien puesta en la meta que queremos lograr y hacer que nuestras cuatro mentes estén “encuadradas” para trabajar por ese mismo objetivo. Que nuestras acciones sean el resultado coherente de lo que pensamos, de lo que sentimos y no una caótica y desenfrenada reacción de nuestra falta de control emocional y debilidad intelectual.
Debes definir bien cuál es tu objetivo, cuál es tu meta principal. Habrá otras cosas en las cuales enfocar tu atención pero deberá siempre existir una meta mayor hacia la cual deberás encaminar tus pasos y esfuerzos. Al inicia este Blog manifesté que no hay más grande y mejor tarea para un ser humano que la de ALCANZAR LA MAESTRÍA DEL SER CONSCIENTE DE SU PROPIO SER. Luchar por conquistar esta meta es lograr la Felicidad y alcanzar el éxito. Todo lo demás, es consecuencia lógica.
En el transcurso de nuestra vida hemos aprendido la manera equivocada de sentir, nos han enseñado a sentir de manera egoísta y, en la mayoría de los casos, a sentirnos menos de lo que en realidad somos. Tienes a tu alcance un arma poderosa para cambiar todo esto, tienes el poder de tu voluntad y la capacidad de discernir lo que realmente es útil para tu crecimiento.
Comienza a despojarte de viejos ropajes, suelta todas las emociones negativas que solo te limitan y retrasan tu carrera al éxito. Nutre tu corazón con nuevas y mejores emociones, aliméntate de Dicha, Amor, Esperanza, Fortaleza. Permite a tu mente soñar y a tu corazón emocionarse con la posibilidad de lograr aquello que tanto anhelas y que representa para ti la felicidad.
Establece tu objetivo y conviértete en el maestro y timonel de tus emociones, no seas como un barco a la deriva, azotado por el vaivén del mar de las emociones.
¡TOMA EL CONTROL DE TUS EMOCIONES Y
OBSERVA EL ÉXITO LLEGAR A TU VIDA!
Recuerda:
“Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol”. Napoleón Hill
¿Y tú, pierdes fácilmente el control?
Muy interesante artículo, debemos efectivamente aprender a controlar nuestras emociones, nuestro primer impulso.
ResponderBorrar¡Gracias por compartir! 🙏🏼💖
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