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¡LA ACTITUD LO ES TODO!


POSITIVA O NEGATIVA ¿CUÁL ES TU ACTITUD?


            Imagina el siguiente escenario: Juan sale de su casa apresuradísimo por que se le ha hecho tarde para llegar a su trabajo pues se quedó dormido por no poner su alarma. Está presionado y de mal humor porque no alcanzó a tomar nada para desayunar. De camino ocurre un accidente, dos vehículos han chocado y el tránsito vehicular se vuelve lento, cada vez se hace más tarde. Se impacienta y comienza a maldecir internamente por toda esa gente que no sabe manejar y por cuya culpa el llegará tarde. Cuando por fin se desahogan las vías, comienza a manejar intempestivamente y con poca precaución, su estrés ahora es total y no duda en gritar por la ventanilla a quien se le atraviesa en el camino. Se siente alterado, tiene taquicardia y suda copiosamente. Llega con 40 minutos de retraso y su jefe le llama la atención. Esta situación lo altera a un más por lo que su día está por convertirse en una desesperada carrera contra el reloj para poder salir de ahí y relajarse.

            Segundo escenario: Andrea sale de su casa apresuradísima por que se le ha hecho tarde para llegar a su trabajo pues se quedó dormida por no poner su alarma. A pesar de que no alcanzó a tomar su desayuno se siente contenta con la idea de pasar rápido al súper por un café y un panecillo de los que tanto le gustan.  De camino ocurre un accidente, dos vehículos han chocado y el tránsito vehicular se vuelve lento, cada vez se hace más tarde. Se sorprende y en su interior se siente agradecida pues unos minutos antes pudiera haber sido ella la que fuera colisionada. Cuando por fin se desahogan las vías, comienza a manejar con cautela pues después de un accidente y con las prisas la gente se altera y se torna imprudente. Llega con 50 minutos de retraso y su jefe le llama la atención. Acepta la retroalimentación, pues reconoce que fue descuido suyo el no poner su alarma, pero se siente contenta por poder estar presente y dedicar un día más a su trabajo.

            ¿Qué es lo que hace que dos personas reaccionen de maneras distintas ante una misma situación? ¿Por qué lo que para unos parece ser manejable para otros representa un verdadero desafío emocional? ¿En dónde está la razón de que algunas personas sepan dirigirse con control mientras que otros resultan casi limítrofes emocionales?

            La respuesta está en la ACTITUD. La actitud es nuestra respuesta emocional y mental ante las circunstancias de la vida. Es muy cierto que existen gran cantidad de factores que determinan el que tengamos ciertos patrones psicológicos, emocionales y conductuales, mas también lo es el que nosotros, como seres conscientes capaces de percibir nuestra propia existencia, somos aptos para tomar el control de nuestro mundo interior y dirigirlo de manera lúcida y coherente hacía donde deseemos.

            Constantemente se habla de esta palabra. “Que si tiene mala actitud, que si no es la correcta, que si tiene problemas de actitud, que si no cambia de actitud le va a ir mal”, etc., etc. El hecho es que esta simple palabra implica grandes trasformaciones y retos para quienes desean conquistar sus metas y alcanzar el éxito.

            Tanto si las circunstancias son negativas como positivas nuestra actitud va a determinar la forma en cómo las percibimos. Si nuestra actitud es negativa no importa que estemos rodeados de bonanza, abundancia y riqueza, siempre habremos de encontrar algún aspecto negativo del cual quejarnos o por el cual sentirnos miserables, hemos conocido gente así. Por otro lado también existe la posibilidad de que estando inmerso en situaciones adversas, en condiciones capaces de hacer “perder la cabeza” a muchos, se permanezca en calma y con una visión positiva y entusiasta de la vida.

           La actitud es la forma recurrente con la que respondemos ante los eventos del mundo.  Podemos tener una buena o mala actitud y eso determinará el “tinte general” de nuestra vida. No se trata de evadir la realidad y fingir que todo está bien, pero puedes entender que todo es pasajero y que no importa que tan mal puedan estar las cosas, en algún punto deben de cambiar, y más aún, que depende de ti que cambien. Si permaneces estático, sólo quejándote, sin contribuir con algo que pueda ayudar a sobreponerte nada lo hará, no ocurrirá por sí solo, o si ocurre puede ser demasiado tarde para ti.

            Las vicisitudes de la vida nos ponen a prueba, aquello que en algún momento podemos ver como un fracaso puede ser en realidad la oportunidad de crecer y hacer algo mejor. Aquello que ves como perdida puede ser en realidad ganancia, pues te has liberado de algo que te estorbaba y abriste espacio para que algo mejor llegara a tu vida. Los seres humanos somos sumamente complicados, somos incluso ingenuos pues vamos por la vida deseando lo mejor y esperando lo peor. ¿Cómo va a salir algo bien con esa actitud?

¡LA DIFERENCIA ENTRE LA VICTORIA O LA DERROTA ES LA ACTITUD!

            Recuerda lo que hemos visto en entradas anteriores, aquello que somos, creemos, pensamos y hacemos está determinado por el inventario, por las películas mentales que nos proyectamos, por el dialogo interno que sostenemos con nosotros mismo, por las pequeñas frases y “dichos” que nos repetimos día con día. 

            Para cambiar el enfoque de tu vida debes cambiar tu perspectiva, ¡ya también hablamos de eso! Debes tomar el control de tu vida y determinar con qué tipo de actitud  te vas a enfrentar al mundo.
           
            El mundo está tan lleno de porquería o pletórico de belleza como nosotros lo queramos ver. Podemos ser felices, exitosos, seguros, alegres, ¡extraordinarios! o patéticos, miserables, apocados e infelices. Cada uno de nosotros decide si se hace lo uno o lo otro.

            Recuerda:
            “Estaba furioso de no tener zapatos; entonces encontré a un hombre que no tenía píes, y me sentí contento de mí mismo”. Proverbio.


         
            ¡La actitud lo es todo! 




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