VOLUNTAD PARA CREAR |
Llegar a convertirse en lo que uno
desea, alcanzar las metas que deseamos, materializar los sueños que nos inspiran
y dan sentido a nuestra vida es algo que no ocurre de la noche a la mañana.
Habrá gente que quizás sueñe con
sacarse la lotería y pretender con eso resolver todos sus problemas pero está
más que demostrado que existen más posibilidades de que soluciones tus
problemas con dedicación y trabajo que ganándote el “premio mayor”.
Dedicarle tiempo y esfuerzo al
trabajo que ha de llevarte al éxito no siempre es una tarea “liviana”, hemos ya
visto que estamos sometidos a toda clase de influencias y que nuestro mismo
cuerpo, a través de sus mentes o inteligencias, es capaz de llevarnos al autosabotaje.
Nuestros niveles de atención están en constante balanceo, fluctuando de la
determinación al desánimo, del enfoque a la distracción, y caemos en intervalos
que retrasan nuestro andar.
Afortunadamente existe
un remedio para todo mal y para el desánimo, desinterés o falta
de enfoque existe uno que debe de ser cultivado, atesorado y ejercitado por
encima de todo: LA AUTODISCIPLINA.
La disciplina se entiende
como la acción de adiestrar o enseñar a alguien a realizar o no realizar cierta
actividad. Desde que somos pequeños somos sometidos a un “adiestramiento”
para enseñarnos los usos y costumbres de nuestra sociedad; más grandes, al
incorporarnos a la vida escolar, somos sometidos a un tipo de disciplina
diferente en la que somos “educados” para respetar las reglas y normas del
trato social.
La disciplina, por ese motivo, suele
tener una connotación
negativa, escuchar la palabra disciplinar es asociarla con
castigos, estudio o regaño.
Sin embargo, la disciplina tiene una
variante, por así llamarle, y es la autodisciplina. Esta es, la CAPACIDAD DE EDUCARNOS, ADIESTRARNOS O CAPACITARNOS A
NOSOTROS MISMOS para realizar alguna tarea o incorporar en nuestro
Ser un determinado código de ética o de conducta, el cual hemos de llevar a
cabo aun cuando quisiéramos estar haciendo algo distinto.
La autodisciplina es la afirmación
de la VOLUNTAD que somos capaces de ejercer sobre nosotros mismos, está
directamente relacionada con al autocontrol. Esta puede de ser una estupenda “tabla
de salvación” cuando nuestros niveles de motivación son bajos o por
momento perdemos el enfoque, si hemos aprendido a desarrollar el sano hábito de
la autodisciplina habremos de seguir adelante con nuestras actividades por un
sentido inherente de obligación más que de ánimo, pero que nos llevará a mantenernos
hasta que nuestro entusiasmo regrese.
Lo anterior es algo que suele
llamarse “comportamiento continente”, es
decir, que llevas a cabo actividades porque sabes que es lo mejor pero
quisieras tal vez estar descansando, relajándote o simplemente “perdiendo el
tiempo”.
El desarrollo de la autodisciplina
nos lleva a realizar en nosotros mismos el sentido del “comportamiento
virtuoso”, hacer algo porque sabemos que es bueno para nosotros y
además hacerlo con gusto, pasión y entusiasmo. Recodemos que la virtud es un acto benéfico
que se realiza de manera repetitiva.
La autodisciplina puede ser la carta
que te lleve a obtener el triunfo cuando todo lo demás parece no estar
funcionando, si desarrollas y ejercitas este hábito te aseguro con total
convicción que serás capaz de alcanzar tus objetivos. Como todo hábito, es
necesario que lo pongas en uso todos los días, imponiéndote a ti mismo el deber
de llevar a cabo las acciones que has plasmado en tu “PLAN DE VIDA ESTRATÉGICO” o en tu “REGLA DE LAS 5”.
Ya sea que quieras obtener un mejor
trabajo, aprender algo, bajar de peso, desarrollar un cuerpo atlético, tener mejores
relaciones interpersonales o, en suma, ALCANZAR EL ÉXITO la autodisciplina es la herramienta que debes poner en uso
de manera inmediata pues esta es la que te pondrá
en acción aun cuando tu estado emocional no sea el adecuado.
Recuerda estas sabias palabras:
"La persona exitosa tiene el habito de hacer las
cosas que a los fracasados no les gusta hacer. A ellos no es que les guste
hacerlas pero su desagrado es controlado por el deseo de lograr la meta final". E.M. Gray
Desarrolla el hábito de compartir
aquello que ayude a otros a conquistarse a sí mismos, a generar la inercia o el
“efecto dominó”, que lleve al cambio de las consciencias en aquellos con quienes
compartimos nuestro tiempo y espacio de manera cotidiana, para después abarcar
el mundo entero.
¡Te deseo de todo corazón que tengas
una preciosa noche, descansa, relájate, recapitula las cosas buenas que hiciste
el día de hoy así como aquellas de las que sacaste alguna lección, cada día
eres más sabio que el anterior, utiliza esa sabiduría, hazte el bien y compártelo!
¡Hasta mañana!
Escrito por: Tonathiu Estrada
Lunes, 18 de febrero del 2013
Guanajuato Capital, México
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