HAZ A UN LADO LAS INFLUENCIAS NEGATIVAS |
Cuando decimos que una persona tiene influencia nos referimos a que esta tiene el poder de manipular las emociones, pensamientos o conductas de otra; en el mismo contexto, solemos decir que una persona influenciable es aquella que es susceptible de ser manipulada en esos aspectos.
Todos de alguna manera nos vemos influenciados en mayor o menor medida por el mundo en el cual nos encontramos inmersos. El bombardeo constante de los medios masivos de comunicación, los familiares, los amigos, la pareja, todos ellos pueden influir en aquello que pensamos, sentimos o hacemos. Y eso, en sí, no es malo pues es lo ordinario. Es lo ordinario en un mundo en el que poca gente es capaz de determinar con firmeza y convicción aquello que realmente quiere y encaminar sus actos a ello.
Las influencias a las cuales estamos expuestos son de varios tipos van desde las familiares, de amistad, económicas, hasta políticas, sociales y religiosas. El día de hoy me quiero enfocar a un tipo de influencia muy específico, que engloba a todas las anteriores, y que suelen ser la causa de muchos fracasos.
Me refiero a las comúnmente llamadas “malas influencias” y que en lo personal prefiero llamar “INFLUENCIAS NEGATIVAS”. Calificar algo de malo es muy relativo y no estamos aquí para definir cuestiones morales, como el bien y el mal, sino para IDENTIFICAR AQUELLAS QUE POR SU NATURALEZA NO HACEN BIEN A TUS PROPÓSITOS DE ALCANZAR LA FELICIDAD Y EL ÉXITO.
No importa cuál sea el medio en el cual nos movamos, siempre existirán personas y circunstancias que puedan ayudar o estorbar nuestro camino de ascensión al éxito. Todos hemos sido alguna vez testigos de esa gente que se reúne solamente para criticar o señalar los defectos y fallas de los demás, gente que utiliza su tiempo para compartir las peores noticias de los sucesos del mundo, gente que no es capaz de ver todo lo positivo que puede rescatarse de la adversidad y, en casos más extremos, aquellos que sin el menor recato o escrúpulo escupen todo su veneno directamente en tu cara.
Siempre existirán persona negativas, tan convencidas de su fracaso y tan decepcionadas de su propia vida que tendrán argumentos en cantidad para intentar convencerte de que tus sueños son una pérdida de tiempo; que aquello por lo que luchas no merece la pena, que es mejor resignarse y “ser normal”; que no importa cuánto te esfuerces, nunca llegarás a obtener lo que tanto anhelas.
Si en tí mismo no existe la misma convicción para con tus sueños, tarde que temprano serás convencido y terminarás enlistado en las filas de los destructores de sueños. Es tu deber luchar por alejarte de todas aquellas circunstancias, eventos, objetos o personas que limitan tu crecimiento y lejos de ser un estímulo positivo para ti son, precisamente, una mala influencia.
Pon muchísima atención a todo lo que te rodea y con lo cual convives todos los días. La música que escuchas, los programas de televisión que ves, el tipo de literatura con la cual alimentas tu cerebro, los amigos con los que compartes, los compañeros de trabajo con los que entablas amistad, tu propia familia o tu pareja. El principal regulador de si estás en el lugar y con la gente adecuada es cómo te sientes con respecto a tus sueños.
¿Aquello que haces te hace sentir bien? ¿La gente con la que convives, tus amigos, tu familia o tu pareja te estimula y alientan para que trabajes y te esfuerces por conquistar tus objetivos? ¿La música que escuchas, los programas que ves, los libros que lees, te llenan de “buena vibra”, entusiasmo, y sirven de motivación para hacerte una mejor persona? Si has identificado que no es así, entonces sabes cuál es la solución. ¡ALÉJATE LO MÁS PRONTO QUE PUEDAS!
Recuerda que la negatividad es un ciclo que se perpetúa y, sin no tomas medidas a tiempo, cuando menos te des cuenta estarás inmerso en una actitud de fracaso de por vida. Tú tienes el poder de solucionar tus circunstancias, si no te sirve, deséchalo; si no te ayuda a ser mejor, déjalo. De verdad quizás al principio pueda parecer que es difícil pero en cuanto lo hagas sentirás la libertad de haberte quitado un lastre que solo estorbaba tu propio crecimiento.
¡Aléjate y no mires atrás! Dale la vuelta a la página, cierra el libro si es necesario y sigue tu camino hacia la consecución del triunfo. Para poder surcar las mejores olas es necesario nadar contracorriente y alejarse de la orilla. Atrévete a adentrarte en el inmenso mar de tu propio Ser, te tienes a ti mismo, no necesitas nada más. Eres un ser completo y maravilloso, la felicidad llega por sí sola cuando sabes que tú lo eres todo y en ti están todas las respuestas. En ti mismo esta todo lo que requieres para este viaje que llamamos vida; explota tus talentos, desarrolla tus habilidades y por encima de todo: ¡TEN VALOR Y CORAJE!
Recuerda:
“Cualquier persona que haya ejercido una profunda influencia en otras personas, en instituciones o en la sociedad, cualquier padre que haya tenido una influencia intergeneracional, quienquiera que verdaderamente haya hecho un cambio para bien o para mal: todos han tenido en común tres atributos: visión, disciplina y pasión. Yo diría que estos tres atributos han gobernado el mundo desde el principio. Representan el liderazgo eficaz”. Stephen Covey
¿Eres influenciable o eres influencia?
Todos de alguna manera nos vemos influenciados en mayor o menor medida por el mundo en el cual nos encontramos inmersos. El bombardeo constante de los medios masivos de comunicación, los familiares, los amigos, la pareja, todos ellos pueden influir en aquello que pensamos, sentimos o hacemos. Y eso, en sí, no es malo pues es lo ordinario. Es lo ordinario en un mundo en el que poca gente es capaz de determinar con firmeza y convicción aquello que realmente quiere y encaminar sus actos a ello.
Las influencias a las cuales estamos expuestos son de varios tipos van desde las familiares, de amistad, económicas, hasta políticas, sociales y religiosas. El día de hoy me quiero enfocar a un tipo de influencia muy específico, que engloba a todas las anteriores, y que suelen ser la causa de muchos fracasos.
Me refiero a las comúnmente llamadas “malas influencias” y que en lo personal prefiero llamar “INFLUENCIAS NEGATIVAS”. Calificar algo de malo es muy relativo y no estamos aquí para definir cuestiones morales, como el bien y el mal, sino para IDENTIFICAR AQUELLAS QUE POR SU NATURALEZA NO HACEN BIEN A TUS PROPÓSITOS DE ALCANZAR LA FELICIDAD Y EL ÉXITO.
No importa cuál sea el medio en el cual nos movamos, siempre existirán personas y circunstancias que puedan ayudar o estorbar nuestro camino de ascensión al éxito. Todos hemos sido alguna vez testigos de esa gente que se reúne solamente para criticar o señalar los defectos y fallas de los demás, gente que utiliza su tiempo para compartir las peores noticias de los sucesos del mundo, gente que no es capaz de ver todo lo positivo que puede rescatarse de la adversidad y, en casos más extremos, aquellos que sin el menor recato o escrúpulo escupen todo su veneno directamente en tu cara.
Siempre existirán persona negativas, tan convencidas de su fracaso y tan decepcionadas de su propia vida que tendrán argumentos en cantidad para intentar convencerte de que tus sueños son una pérdida de tiempo; que aquello por lo que luchas no merece la pena, que es mejor resignarse y “ser normal”; que no importa cuánto te esfuerces, nunca llegarás a obtener lo que tanto anhelas.
Si en tí mismo no existe la misma convicción para con tus sueños, tarde que temprano serás convencido y terminarás enlistado en las filas de los destructores de sueños. Es tu deber luchar por alejarte de todas aquellas circunstancias, eventos, objetos o personas que limitan tu crecimiento y lejos de ser un estímulo positivo para ti son, precisamente, una mala influencia.
Pon muchísima atención a todo lo que te rodea y con lo cual convives todos los días. La música que escuchas, los programas de televisión que ves, el tipo de literatura con la cual alimentas tu cerebro, los amigos con los que compartes, los compañeros de trabajo con los que entablas amistad, tu propia familia o tu pareja. El principal regulador de si estás en el lugar y con la gente adecuada es cómo te sientes con respecto a tus sueños.
¿Aquello que haces te hace sentir bien? ¿La gente con la que convives, tus amigos, tu familia o tu pareja te estimula y alientan para que trabajes y te esfuerces por conquistar tus objetivos? ¿La música que escuchas, los programas que ves, los libros que lees, te llenan de “buena vibra”, entusiasmo, y sirven de motivación para hacerte una mejor persona? Si has identificado que no es así, entonces sabes cuál es la solución. ¡ALÉJATE LO MÁS PRONTO QUE PUEDAS!
Recuerda que la negatividad es un ciclo que se perpetúa y, sin no tomas medidas a tiempo, cuando menos te des cuenta estarás inmerso en una actitud de fracaso de por vida. Tú tienes el poder de solucionar tus circunstancias, si no te sirve, deséchalo; si no te ayuda a ser mejor, déjalo. De verdad quizás al principio pueda parecer que es difícil pero en cuanto lo hagas sentirás la libertad de haberte quitado un lastre que solo estorbaba tu propio crecimiento.
EL REMEDIO A LAS INFLUENCIAS NEGATIVAS
ES PONER DISTANCIA DE POR MEDIO
¡Aléjate y no mires atrás! Dale la vuelta a la página, cierra el libro si es necesario y sigue tu camino hacia la consecución del triunfo. Para poder surcar las mejores olas es necesario nadar contracorriente y alejarse de la orilla. Atrévete a adentrarte en el inmenso mar de tu propio Ser, te tienes a ti mismo, no necesitas nada más. Eres un ser completo y maravilloso, la felicidad llega por sí sola cuando sabes que tú lo eres todo y en ti están todas las respuestas. En ti mismo esta todo lo que requieres para este viaje que llamamos vida; explota tus talentos, desarrolla tus habilidades y por encima de todo: ¡TEN VALOR Y CORAJE!
Recuerda:
“Cualquier persona que haya ejercido una profunda influencia en otras personas, en instituciones o en la sociedad, cualquier padre que haya tenido una influencia intergeneracional, quienquiera que verdaderamente haya hecho un cambio para bien o para mal: todos han tenido en común tres atributos: visión, disciplina y pasión. Yo diría que estos tres atributos han gobernado el mundo desde el principio. Representan el liderazgo eficaz”. Stephen Covey
¿Eres influenciable o eres influencia?
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