Desde
que nos levantamos hasta que el día termina nos enfrentamos a una constante
toma de decisiones. Al momento mismo de abrir los ojos hemos de decidir si nos “levantamos con el pie derecho” o si
afrontaremos el mundo de mal humor y con una mala actitud.
Cada segundo que transcurre nos presenta
alguna decisión que tomar y debes aprender que en esta vida no existen decisiones
buenas o malas, sólo decisiones a las que irremediablemente habrás de responder
con consciencia y lucidez. Podemos decir, sin embargo, que una buena decisión
es aquella que es afín con nuestros objetivos, es la que habrá de acercarnos a
nuestra meta y nos llevará a alcanzar los sueños que nos hemos propuesto
cumplir.
Nadie está exento de responder por sus
actos, tarde que temprano la más mínima acción tiene su consecuencia y es mejor
que aprendas a tomar las decisiones que te llevarán a alcanzar tu propio éxito.
El poder de decidir es uno de los
dones más grandes y preciados con el que contamos como seres que poseemos la
capacidad de ser conscientes de nuestra propia existencia. Cada decisión que
tomas lleva consigo un cumulo de consecuencias que pueden ser más o menos
predecibles.
A pesar de que se dice que somos “seres
racionales” hemos visto hasta el día de hoy que nuestra conducta está
determinada por nuestros pensamientos y que estos están determinados por la
calidad del inventario que hemos ido
incorporando a nuestro bagaje intelectual a lo largo de nuestra vida.
Este inventario se ve influenciado
por la constante interrupción de la mente emocional
que es capaz de desquiciar cualquier decisión que hayamos tomado previamente. A
cuántos no nos ha ocurrido que después de haber tomado alguna decisión
importante nos vemos tristemente superados por el temor, el nerviosismo o la
duda, y aquello que tan firmemente habíamos determinado hacer, termina siendo
desecho.
Aprender a tomar buenas decisiones es
un arte que se refina con el tiempo y las vivencias, nadie experimenta en
cabeza ajena y es a través del ensayo–error
que obtenemos la sabiduría; con esto no quiero decir que necesariamente hayas
de lanzarte a cometer errores sino que habrá experiencias que ineludiblemente
habrás de vivir en carne propia para adquirirla.
El día de hoy te quiero compartir
algunos principios que debes de tomar en cuenta para aprender a tomar buenas
decisiones y así poder dedicarte a la
tarea de tu superación y desarrollo personal.
- Aprende del pasado. Pongo este punto en primer lugar puesto que no hay mejor maestro que el error cometido previamente. Las fallas que hemos tenido en nuestro pasado deben de ser vistas como experiencias, lecciones y no como fracasos o perdidas. Es cierto que algunas decisiones pueden habernos provocado gran sufrimiento o habernos llevado a situaciones casi insostenibles, lo importante de ello es que aun sigues aquí, en pie de lucha, y estas vivencias deben de servirte como principio rector para no tropezar con las mismas piedras y saber que tomar algunos senderos te alejan de tu objetivo primordial: el éxito.
- Aprende de los que saben. Escucha los consejos de aquellos que ya han transitado el camino, pon atención, escucha y pon en práctica las acciones de los que han logrado alcanzar sus metas. El éxito es una ciencia que se puede aprender, lee, documéntate y enfócate en tomar las decisiones que han de llevarte a tu objetivo.
- Observa. No vayas por la vida dormido, ¡espabílate! observa con detenimiento lo que acontece en tu entorno, muchas veces tomamos decisiones a la ligera, sin estar bien informados del fondo de las cosas y después podemos ser tomados por sorpresa en circunstancias complicadas.
- Define tu objetivo. ¿Cómo puedes tomar una buena decisión si ni siquiera sabes hacia dónde has de dirigir tus pasos? Para poder tomar una buena decisión primero has de establecer un plan de acción claramente definido, es un mapa de ruta que debes de seguir y te dará la pauta para enfocarte y tomar decisiones de manera firme y certera.
- Aprende a controlar tus emociones. Si tu mente emocional es un mono que brinca de un lugar a otro, llevado del enojo a la alegría a la menor provocación, lograr tus objetivos será una tarea penosa y fatigante. Saber tomar decisiones oportunas y efectivas implica un poder de autodominio a toda prueba. No puedes darte el lujo de responder al calor de una emoción intensa y arrepentirte por haber hecho o dicho cosas por las cuales tendrás que responder y que quizás estén muy en discordancia con tus propósitos.
- Aprende a decir no. La toma de decisiones es un proceso del que nadie se escapa, a toda acción hay una reacción y todo inicia con un “Sí” o un “No”. En el camino hacia la consecución de tus ideales habrás de identificar en qué momentos te será conveniente optar por uno u otro, todo depende de que tan firme y claro esté definido tu propósito.
Espero que estos principio te sean
de utilidad y te ayuden a generar la confianza para lanzarte de lleno a la conquista de tus sueños. Todo depende de las acciones que emprendas y las decisiones
que tomes en tu camino.
Recuerda:
“Todos los días Dios nos da un momento en que es posible
cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que
un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia”. Paulo Coelho,
Escritor brasileño.
¿Ya
te decidiste?
Escrito por: Tonathiu
Estrada
Martes, 03 de septiembre
del 2013
León,
Guanajuato, México
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