Retomando el
tema de la gentileza, hoy quiero compartirte 10 breves pero poderosas reglas
que pueden ayudarte a convertirte en una mejor persona e impactar de manera
positiva tu mundo.
La
amabilidad y la gentileza son virtudes que con el tiempo y el ritmo
desenfrenado de la vida moderna se han ido perdiendo; el estrés y las
preocupaciones propias del estilo de vida tan demandante que hemos adoptado han
socavado la capacidad de las personas para preocuparse por otros, empatizar y
tener compasión.
Reflexiona
y medita estas reglas, aplícalas, compártelas y hagamos juntos de este mundo un
lugar más amable.
Piensa en los demás antes que en tí mismo.
Pide las cosas "por favor”.
Da las gracias.
Sonríe.
Pide disculpas cuando tengas que hacerlo.
Apaga tu celular cuando estés compartiendo momentos importantes.
Llega temprano.
Se optimista y ayuda a los demás a sentirse bien.
Mantén tus promesas.
Se humilde.
Breve,
sencillo, obvio, pero poderoso. Pon en práctica estas sencillas reglas y verás
que las cosas cambian “mágicamente”, genera una inercia positiva hacia el
cambio.
Recuerda:
“Hay tres cosas
importantes en la vida: ser amable, ser amable y ser amable”.Henry
James
¿Has sentido
alguna vez que te faltan las fuerza para alcanzar un objetivo, que no eres
capaz por ti mismo de poder conseguir las cosas que te has propuesto, te ha
ocurrido que el desgano, la apatía o la pereza se apoderan de ti y, literalmente, te encadenan a la inacción, que el miedo a lo desconocido o a salir de tu zona de confort te produce ansiedad y temor a fracasar o, peor aún, a ganar?
Todos
lo hemos sentido y, desgraciadamente, para muchas personas esto se vuelve un
hábito que termina convirtiéndose en una forma de vida caracterizada por la
insatisfacción, frustración y una infelicidad abrumadora.
Los
humanos somos seres que por naturaleza buscamos asociarnos, crear redes y lazos
que perduren en el tiempo ya sea para darnos seguridad, confort o por simple
conveniencia a nuestros intereses. El problema es que así como tenemos la
necesidad y la urgencia de asociarnos y sentirnos parte de un grupo también es
cierto que no siempre
discriminamos de manera adecuada el tipo de personas con quienes nos
relacionamos.
Esto no tiene
nada de raro si atendemos al hecho de que buscamos relacionarnos con aquellas
personas con las que sentimos afinidad por alguna de las tantas inclinaciones,
apetitos, apegos o deseos que posee nuestro ser. Recordemos y tengamos bien presente
que somos seres constituidos por todo un andamiaje físico, emocional e
intelectual y que cada uno de estos elementos tiene una forma bien precisa y
definida de responder antes los estímulos del mundo.
Cada uno de
estos elementos o mentes, que ya hemos tratado en temas
anteriores, tiene su propio inventario y reacciona de manera mecánica o automática,
por afinidad o asociación a aquello que le es natural, común o conocido. De ahí
que siempre terminemos rodeados por el mismo tipo de personas, teniendo siempre
los mismos problemas, obteniendo los mismos trabajos y quedando siempre con la
sensación de que no estamos donde realmente debemos.
El entorno o
contexto donde te mueves y el tipo de personas con quienes creas alianzas es
fundamental para alcanzar el éxito en todo aquello que te propongas.
Hoy quiero
compartirte algunos ejemplos del tipo de compañeros que debes buscar para crear redes y
equipos o asociaciones que los lleven a potenciar sus habilidades y dones de
tal manera que todos ganen y vean como sus sueños se convierten en realidad.
Compañeros Para El Éxito:
_____________________________________
Comparten tu pasión.Busca gente que quiera ir o que vaya hacia donde tú te
diriges, personas que compartan tu pasión por los mismos objetivos y que de
verdad estén dispuestas a trabajar
arduamente para alcanzar sus metas.
Quieren un cambio.Busca a toda esa gente que está inconforme con sus circunstancias
actuales, que esté buscando un cambio y quiera de una vez por todas darle un
giro total a su mundo y comenzar a vivir con nuevo estilo de vida.
Se enfocan en lo positivo.Los compañeros para el éxito señalan
los aspectos negativos sólo como punto de partida para mejorar y convertirlos
en áreas de oportunidad. Rodéate de gente que tenga la clara consciencia de que
para obtener cosas grandiosas, positivas y hermosas es necesario mantenerse
enfocado en lo grandioso, positivo y hermoso que el mundo tiene para dar. Aléjate
de la gente mala vibra que sólo abre la boca para criticar, señalar o destruir
con sus palabras.
Les gusta ayudar.Los candidatos ideales para compañeros
del éxito son personas que gustan de ayudar a otros, saben que en la medida que
ayudan a los demás crecen y se ayudan a sí mismos, enseñar es una forma de
aprender y en la medida que damos es que recibimos.
Aman compartir. Comparten sin esperar más recompensa que la satisfacción
de tener el corazón y el alma llenos de alegría y armonía por ver que sus actos
tienen repercusiones positivas en el mundo, que su ejemplo es luz y faro de
guía para muchos otros que también quieren ver un cambio en su mundo y que aún
no se deciden a actuar.
Les gusta hacer amigos.Al compañero del éxito le gusta hacer
amigos, expandir su red de conocidos y verse rodeado de más y más gente, sabe
que en la medida que su campo de influencia se magnifica también así se
magnifica el poder de hacer llegar sus ideas y pensamientos a más personas,
creando una inercia que pueda generar un cambio positivo
Te nutren con su experiencia.El
compañero del éxito no es una persona egoísta que guarde para si los secretos
que lo han ayudado a superar la adversidad de la vida, es una persona que goza
al compartir su experiencia y sabe que, a pesar de que nadie experimenta en
cabeza ajena, sus vivencias pueden servir de ejemplo y directriz para aquellos
que tengan la humildad de abrir sus oídos y recibir el consejo de aquellos que
ya han transitado el camino o parte de él.
Emprenden la acción.El compañero del éxito es una persona que
no perderá la oportunidad de platicarte lo que está haciendo, contarte sus
sueños, anhelos y aspiraciones, es una persona que tratará de animarte a que
emprendas el camino que los pueda llevar a que juntos alcancen sus metas, pero
ojo, no es un fantasioso o soñador que sólo pierde su tiempo en divagues y
palabras al aire. Una vez que haya compartido contigo sus propósitos, dará la
vuelta y comenzará el ascenso a la cima, contigo, o con aquellos que ya están
andando.
Recuerda:
“Trabajando en equipo se pueden lograr cosas que para una sola persona
parecerían imposibles” Tona Estrada
Voy
conduciendo por una de las calles más céntricas de mi ciudad, es “hora pico” y
el tránsito vehicular es denso, la gente va a prisa saliendo de sus trabajos,
la mirada perdida y el pensamiento puesto en el descanso o la comida que pronto
estará servidaa la mesa.
Yo
espero, en una esquina, el cambio del semáforo del alto al siga, veo a la gente
pasar pero sin poner mucha atención, los rostros, la vestimentas, las actitudes,
todas pasan frente a mí por igual sin mayor distinción, voy distraído y
repasando mentalmente la ruta que debo seguir para llegar a mi destino.
El
semáforo cambia, los autos están por avanzar y, de pronto, algo capta mi
atención, un gesto, una actitud, un brevísimo incidente que no durará más que
los segundos que tarde en pasar pero que ha de iluminar y marcar mi corazón por
mucho tiempo.
Un joven acaba
de bajar la banqueta para cruzar la calle, su mirada va clavada en el piso,
cómo meditando algo, va vestido según el modo de los jóvenes: playera, jeans;
se ve limpio, de clase media tal vez. Lo que sucede a continuación me sorprende
y enternece. Junto a él, en sentido opuesto, acaba de pasar un hombre mayor,
vestido con ropas sucias, desprolijo, cabello largo y barba canosa, trae un
bastón y camina con dificultad, es ciego.
El
muchacho que va con su mirada fija en el piso, se queda estático, sucede en una
fracción de segundos pero a mí me parece un momento suspendido, sin tiempo. Ni
siquiera voltea a ver a su alrededor, los vehículos que están por arrancar y
podrían atropellarlo, levanta el rostro con un gesto entre sorpresa y
vacilación.
El
muchacho entonces gira sus pasos y camina hacia este hombre que está por subir
a la banqueta que él acaba de bajar, se acerca a su lado y lo toma suave y
gentilmente del brazo por la muñeca y el codo; lo encamina y lo ayuda despacio
a subir a la acera y esquivar un poste que estaba en su camino y con el cual,
quizás, se hubiera dado de frente si él no le hubiera ayudado a guiar sus
pasos.
Lo que sucedió
después no lo sé, ya había pasado yo y seguía mi camino, sin embargo este
simple, sencillo y breve acto me dejó una sensación que aún perdura, una
calidez en el corazón que por alguna extraña razón aun me conmueve y me hace
pensar que quizás todos somos como ese hombre: ciegos en un camino lleno de obstáculos,
ajenos y ausentes a la vista de muchos y necesitados de la ayuda de alguien que
tenga una clara visión para no darnos de lleno con las vicisitudes de la vida y
la rudeza del mundo.
A muchos les
parecerá un hecho común y sin importancia, algo cotidiano. Para mí fue el
ejemplo vivo de la amabilidad, la bondad y, si se quiere, “amor desinteresado”. No conozco los motivos del joven para hacer lo que hizo, que lo inspiró para
detenerse en seco y hacer lo que ninguno de los que pasaban por ahí tuvo la
gentileza de hacer.
Qué pasaría si
de pronto todos actuáramos así, con más amor y menos egoísmo, con mayor
gentileza y menor rudeza, con más humildad y menos soberbia, con más empatía y
menos egoísmo. Tengo la total certeza que si esto sucediera el mundo se transformaría
en un lugar más agradable, armonioso, luminoso.
Ese pequeño
gesto, aislado en un mundo caótico y voraz, sin lugar a dudas trascendió,
trascendió por el impacto que tuvo en mí, los que lo presenciamos y que ahora
comparto contigo. Quizás no cambie el mundo pero me cambió a mí y cambió a ese
joven, por que quien actúa cómo el actuó sin duda enriquece su corazón, su
alma, su Ser, y se convierte en un mejor Ser humano, se transforma y se llena
de luz.
Ojalá y tengamos muchos
el valor de ser gentiles y transformar con la suma de nuestras pequeñas
acciones el mundo en que vivimos.
Recuerda:
“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Platón
Hoy
quiero simplemente recordarte lo grandioso que eres y el inmenso poder con el
que cuentas para realizar cualquier cambio que quieras, ver mejorar tu vida y
alcanzar tus objetivos.
A
todos nos ha sucedido de pronto vernos extraviados, con nuestros pasos
desviados del camino que nos habíamos trazado y la esperanza aletargada en algún
rincón. De vez en cuando caemos en los baches del desánimo y la negatividad, y
pareciera que no podemos más que mantenernos a flote.
Cuando
esto te llegue a ocurrir solamente recuerda que tú ya has superado la adversidad,
tú ya has alcanzando el éxito anteriormente, tú ya has vencido a la negatividad
y has triunfado cuando otros apostaban por lo contrario.
Recuerda
todas las victorias que has tenido, sin importar lo pequeñas que creas que son,
no hay victorias grandes o pequeñas sólo desafíos que fueron conquistados, obstáculo
que fueron vencidos y lo puedes lograr
cada vez que así lo quieras.
Haz
volver a tu mente todas aquellas cosas que has obtenido, todos los momentos en
que pudiste saborear la satisfacción de haber conquistado un logro, de saber
que estabas haciendo lo correcto y tu corazón se inflamaba de gozo por tener en
tus manos el fruto de tu esfuerzo.
Desde
pequeños hemos tenido que vencer obstáculos,
aprender a caminar, aprender a leer y escribir, a hablar. Piensa en todas “aquellas
pequeñas cosas” que te han hecho sentir grande: el examen que creíste que no lograrías
pasar, la materia que se te dificultaba y lograste acreditar, la persona que
veías inalcanzable y que un día de pronto estaba a tu lado sosteniendo tu mano,
aquel trabajo que anhelabas y que te fue concedido, la promoción o aumento que
esperabas, la culminación de tus estudios y tu título profesional, el negocio
que soñabas y que viste hecho realidad, tu boda, tus hijos… tu vida misma.
Piensa
en todo aquello que has logrado, en todo lo que no te has permitido reconocerte
y darte cuenta de que ¡TÚ YA HAS ALCANZADO EL ÉXITO! Tú ya eres un
Ser maravilloso, pleno y gozosamente exitoso y, que así como has podido
conquistar cualquier meta anteriormente, hoy puedes hacer lo mismo y lograr
todo aquello que te propongas.
Deja
las dudas y los temores, mírate al espejo y gózate en la presencia de tu Magnifico
y Poderoso Ser, fuiste dotado de una facultad llamada VOLUNTAD para ejercerla y enseñorearte
de ella.
No
permitas que una mala jugada eche por los suelos toda la partida, nada está
perdido, todo es aprendizaje, EL ÉXITO ESTÁ EN TUS MANOS.
Recuerda:
“Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr”. William Faulkner