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LA RAZÓN SE EQUIVOCA




            “HAY ASUNTOS DEL CORAZÓN QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE”.  Frase trillada, simple e incluso cursi para algunas personas, sin embargo, es de lo más cierto que se haya dicho.

            Sabemos que nuestro ser está conformado por varios tipos de mentes o inteligencias, que cada una de ellas trabaja a su ritmo y a su manera lo cual explica en gran medida la constante contradicción del ser humano entre su pensamiento, sus emociones y su actuar.

            Tenemos ya claro que para que exista una coherencia entre el pensamiento, la emoción y la acción es necesario un proceso de observación, control y dominio sobre aquella cualidad que definimos como voluntad y que éste sólo es posible cuando hemos tomado consciencia de nuestras circunstancias y del intenso deseo de mejorar lo que tenemos y lo que somos.

            Pero, ¿qué pasa cuando en nuestro interior aparece esa intensa y desgastante lucha entre lo que “deseamos” y lo que “debemos”?, entre lo que enciende nuestro ánimo y lo que nos hace “entrar en razón”.

            Tú lo habrás vivido, mi querido amigo y lector, sentir el intenso deseo de llevar a cabo alguna actividad que sabes te hará feliz pero que al mismo tiempo la razón te replica que no debes de seguir por ese camino pues quizás te enfrentarás a circunstancias adversas, criticas o rechazo.

            Haz experimentado la lucha entre el “SI” y el “No” interior, de lo que el corazón te urge hacer y la razón te reprime. Cuando esta contradicción se manifiesta en nuestro ser es necesario dejar las cosas fluir y hacer uso de esa cualidad superior del corazón, tan en desuso, que se llama INTUICIÓN.

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            El corazón es sabio, el corazón es cálido, sabe del amor, de la bondad, la compasión y la pasión. La razón suele ser fría, calculadora, pesimista y represora. Podríamos decir que la Intuición es la consciencia del corazón y muy pocas veces nos abrimos para escuchar su voz. Es tarea nuestra lograr el balance y equilibrio entre estas dos cualidades de nuestro ser: razón y corazón; dejar que el corazón nos guíe con su sabiduría y la razón auxilie con sus conocimientos.

            Cuando hemos emprendido el camino de la superación y el desarrollo personal estamos dando pasos en un sendero que ha de llevarnos hacia le felicidad; el éxito personal que obtengamos en el mismo será  el estándar que hayamos definido para nuestra vida, ya sea que deseemos ser millonarios, tener reconocimiento en el mundo académico, obtener un gran puesto en alguna empresa, hacer carrera política, encontrar la pareja de nuestros sueños o lograr la “iluminación espiritual”.

            Cuando decidimos tomar el camino hacia nuestra felicidad siempre será necesario tomar decisiones que contradigan la razón, que vayan en contra de todo pronóstico favorable y que, sin embargo, nuestro corazón insista y nos urja a continuar por ahí.

            “Lanzarse de cabeza al vacío sin cuerda de seguridad” será una acción descabellada y loca para muchos mas, para otros, no es más que la única opción cuando todo lo demás ha sido probado y cuando tenemos la fe de que todos nuestros sueños han de verse convertidos en realidad.

Recuerda:

“La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; sólo el corazón nos dice lo que es preciso hacer”.  Joseph Joubert (1754-1824) Ensayista y moralista francés.


¡Pon atención, escucha a tu corazón, hasta mañana!

Escrito por: Tonathiu Estrada
Jueves, 22 de agosto del 2013
León, Guanajuato, México

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