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Con
el transcurso del tiempo suele ocurrir que en la oficina, y en todos lados en
general, comenzamos a acumular objetos, cosas y hasta hábitos que, lejos de
ayudarnos en nuestras tareas y facilitar el desempeño de nuestro trabajo, nos
obstaculizan y disminuyen nuestra productividad.
Desde
la pila en el escritorio con el rotulo de “pendientes”, los directorios
desordenados o sin actualizar, hasta el hábito de darle prioridad a los e-mails
personales a los de la empresa, crean en conjunto una tendencia hacia la Procrastinación
y a ir complicando el flujo de nuestras actividades hasta llegar a un punto de
saturación donde reinará el descontrol y tarde o temprano el fracaso.
Hoy
te quiero compartir algunos tips para que mantengas las cosas simples,
sencillas y naturales en tu lugar de trabajo y aumentes tus niveles de
productividad.
- Llega Temprano. ¡¿Simple, no?! Llegar temprano te garantiza tener suficiente tiempo a tu disposición para aprovecharlo de manera eficiente y lograr los objetivos que tengas planteados, ya sea por parte de tus superiores o por ti mismo. Uno de los principales factores de la falta de productividad es la gran cantidad de tiempo desperdiciado por no llegar en tiempo al lugar de trabajo.
- Organiza. Es bueno tener una carpeta, organizador o archivo para tus pendientes pero no debe ser el único y al cual vayan a parar todos tus asuntos. Ten a la mano una bandeja donde puedas dividir tus asuntos por orden de importancia, tiempo de entrada, de entrega o de cualquiera que sea la escala que debas usar para entregar en tiempo y forma resultados ejemplares.
- Breve Y Conciso. Evita la charla innecesaria y el chismorreo. Aprende a decir las cosas con asertividad y dedicarle el tiempo justo a los asuntos que debas resolver con otros colegas, no significa que debas ser antisocial, parco o desagradable, simplemente tratar lo estrictamente laboral y dejar lo personal para el receso o fuera de la oficina.
- PEPS. Primera entradas primeras salidas, así de simple. Siempre habrá asuntos a los que debas dedicarle mayor atención y que deban ser resueltos en breve por alguna cuestión especial, sin embrago, para mantener un flujo constante y mantener un récord de resultados y productividad alto debes aprender a ir dando solución a tus asuntos conforme al orden que los vayas recibiendo. No pospongas ni dejes pendientes o de lo contrario sólo verás aumentar la pila de papeles… y tu estrés.
- Gestión. Es decir ¡muévete! Ponte manos a la obra y no permitas que el tiempo se te venga encima, actúa con rapidez, haz lo que tengas que hacer y ve “deshaciéndote” de tus asuntos lo más pronto posible. Al final del día verás con satisfacción los resultados de tu esfuerzo.
- Minimiza. ¿Eres de los que tiene hasta la foto del perro sobre su escritorio? No te llenes de cosas inútiles, puedes mantener tu área de trabajo agradablemente decorada sin necesidad de convertirla en una jungla. Estás en tu trabajo no en tu sala de estar, aprovecha tus espacios eficientemente y no te satures.
- Archiva. No acumules cosas innecesarias, si un caso está resuelto mándalo al archivero. No dejes papeles u objetos que ya no necesitas en tu área de trabajo, ve despejando y cediendo espacio para que todo fluya y lleguen a ti más cosas por hacer y casos por resolver.
La
productividad se mide por los resultados obtenidos en la menor cantidad de
tiempo y el menor uso de recursos. Mantener las cosas simples, fluidas,
sencillas, tanto en el trabajo como en la vida misma garantiza que tus niveles
de productividad se mantengan siempre por encima del promedio.
No te
compliques, mantén las cosas lo más simples posible y ve por ti mismo como todo
se destraba y fluye en abundancia para ti.
Recuerda:
“Las personas inteligentes son capaces de simplificar lo complejo;
los tontos, en cambio, suelen complicar lo sencillo”. Peter
Drucker
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