Relájate Usando Tu Respiración |
Una
de las sensaciones más desagradables que podemos sentir es la perder el control
sobre nosotros mismos; cuando algo nos altera todo nuestro ser se trastoca y lo
que segundos antes fuera paz y reposo puede convertirse en una verdadera tormenta
de ansiedad, ira o tristeza.
En
nuestro cuerpo todas las funciones están ligadas y funcionan, o deberían
funcionar, como un todo armónico sometidas al control y dominio de la voluntad,
intensión o consciencia.
Esta
interrelación entre nuestras mentes o inteligencias es la responsable de que
cuando pensamos algo nuestro cuerpo reaccione en consecuencia y comencemos a
somatizar las emociones relacionadas con dichos pensamientos.
Es
también apreciable el hecho de que a fuerza de mantener actitudes físicas como
posturas, tics o ademanes, nuestro cuerpo responde generando
las emociones, e incluso los pensamientos, asociados con ellas.
Sin
embrago - y es aquí donde te voy a dar el tip poderoso para mantener el
control y relajarte - existe un hilo conductor o mecanismo regulador que
subyace tras todas la emociones: La Respiración.
Nuestra
respiración es la manifestación fisiológica que nos permite cuantificar
una emoción. Cuando estamos alterados nuestra respiración se vuelve rápida,
intensa, generando un torrente de reacciones fisiológicas que puede desembocar
en la ira.
De
igual manera cuando estamos tristes o melancólicos la respiración se vuelve
pausada, entrecortada, cargada de suspiros y nos arrastra por completo a estados
que van desde el desgano hasta una severa depresión.
Qué
decir de la alegría, el ritmo cardiaco acelerado, la respiración igualmente
afectada, temblores de emoción que nos conducen a la euforia.
Nuestra
respiración, así como todas nuestras demás facultades o funciones, está
sometida a nuestro control; tenemos el poder de
ejercer el dominio sobre la misma y generar o provocar, a través
de ella, las reacciones psicológicas o emocionales que sean convenientes para
nuestro optimo desenvolvimiento.
Perder
el control por un ataque de pánico durante una reunión de trabajo nos dejaría
en una desventajosa posición, hacernos
pomada ante una situación que requiera firmeza y templanza, como un accidente, llevará
solamente a empeorar las cosas.
Cuando
sientas que está a punto de desbordarte por alguna emoción, recuerda lo que se
conoce como la Respiración Diafragmática O Respiración Abdominal.
La cual es muy sencilla y te la describo a continuación:
- Inhala por tu nariz de manera suave y profunda.
- Al momento de inhalar infla tu estomago lo más que puedas, sin forzar ni ejercer presión; esto permite que tu cavidad torácica se expanda y el diafragma logre distenderse, aumentando la capacidad pulmonar y por tanto la oxigenación.
- Retén un poco la respiración, sin hacer esfuerzo, de manera fluida y controlada, hasta que sientas de manera natural la necesidad de soltar el aire.
- Exhala de manera suave, lenta, mientras comprimes ligeramente tu abdomen permitiendo que todo el aire viciado de tus pulmones salga y se renueve.
Es
importante que mientras realiza este ejercicio de respiración mantengas en tu
mente la imagen de la actitud que quieres manifestar; visualízate teniendo el
control, siendo seguro de ti mismo, expresándote de manera firme y clara, obsérvate
expresando felicidad, alegría, armonía, gratitud, o cualquiera que sea la
emoción que deseas para ti en ese momento.
Realízalo
cuantas veces lo creas necesario, te darás cuenta que este tipo de respiración
produce placer y te induce a la calma, es el tipo de respiración utilizado en
la meditación y por los bebés, obsérvalos.
¿Difícil,
sencillo? Inténtalo, mantén el control de ti mismo con este simple pero
poderoso ejercicio, usa los recursos que tu propio cuerpo pone a
tu disposición y alcanza el éxito.
Recuerda:
“No existe nada más fácil, que respirar”
¡Respira!
Escrito por: Tonathiu Estrada
Miércoles,
5 de febrero del 2014
León, Guanajuato, México
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