Templanza - Equilibrio - Éxito |
Desde tiempos inmemoriales la
templanza ha sido vista y exaltada como una de las principales virtudes a la
que debe aspirar el ser humano, ya los griegos mencionaban diferentes grados de
la misma llegando hasta la doctrina moral católica que la llama moderación o
sobriedad.
La templanza es definida como la
virtud que modera la atracción de los placeres y que procura el equilibrio entre
nuestros apetitos y pasiones. En la vida misma nos topamos con la
necesidad imperiosa de encontrar el justo medio en nuestro cotidiano actuar. El
mundo de nuestras emociones al ser el más rico, vasto y explosivo en sus
manifestaciones es aquel que puede llegar a condenarnos o salvarnos al momento de
confrontar las situaciones que exigen control, mesura y
presencia de ánimo.
El temple, así como en el arte de la
metalurgia, puede convertirse para nosotros en el símil perfecto que nos lleve a
entender y dominar el arte del autocontrol y la maestría del estar consciente
de Ser. Como en la fabricación de una espada, así nosotros hemos de ser
sometidos al fuego de las emociones de manera constante, expuestos al fuego del
sufrimiento de la vida y sus vicisitudes para después ser enfriados por el
torrente refrescante de la compasión, la tolerancia, la paciencia y el amor,
que vendrán a dar equilibrio y fortaleza a nuestro Ser.
El calor del fuego emocional aunado
a los golpes del mazo de nuestra voluntad serán las herramientas que nos
permitan proporcionar las propiedades de dureza y ductilidad perfectas a nuestro
carácter. La práctica en el uso y desenvolvimiento de nuestras emociones serán
comparadas al filo máximo de la espada maestra, capaz de cortar el viento, el
fuego, el agua… la intensión misma del cualquier Mal.
La templanza es entonces una virtud
que ha de cultivarse, desarrollarse y procurarse uno mismo para alcanzar el
éxito. Saber discernir entre lo que nos es útil o inútil para lograr nuestros
objetivos y ejercer el dominio de nuestra voluntad para llevar a cabo aquellas
acciones que resulten incluso desagradables ante la esperanza de un bien mayor,
será el resultado de un Ser afinado por la Templanza.
Ejercítate en el dominio de tus
emociones, ejercita tu voluntad en el servicio y el bien, transforma el
sufrimiento y el dolor en experiencia y sabiduría, no envenenes tu corazón ni
enturbies tu alma con rencor y resentimiento. Aprende a discernir y a decidir
con inteligencia el camino justo que te ha de llevar a conquistar tus sueños y
alcanzar tus objetivos.
Recuerda:
“La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos
justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza;
valientes, realizando actos de valentía” Aristóteles.
¡Mantén
el equilibrio!
Escrito
por: Tonathiu Estrada
Viernes,
17 de enero del 2014
León, Guanajuato, México
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios, saber lo que piensas es muy importante para mejorar continuamente.