Nadie está exento de toparse todos
los días con alguna persona para la cual todo cuanto ocurre en el mundo es una “porquería”,
su estado permanente de disgusto y su insistencia por quejarse la convierte en
un ser del cual lo único que quieres es alejarte.
La actitud con que enfrentas las
circunstancias de la vida es la carta de triunfo cuando te encuentras entre la
victoria o la rendición de tus objetivos. Cuando todo puede parecer perdido es
tu actitud la que puede rescatarse del más oscuro panorama e iluminarlo todo
con la luz de la esperanza.
¿Es difícil mantenerse
optimista? No, no lo es. Lo difícil para algunos sea quizás encontrar
una razón para serlo. Aquí es donde reside la importancia de tener un plan de vida estratégico bien trazado, tener
una visión y meta clara de aquello que deseas
obtener y hacia la cual has de encaminar tus esfuerzos cotidianos.
Si la gente no es optimista no es
porque no existan razones para serlo, de hecho el mundo está repleto de motivos
para levantarse todos los días con una sonrisa y un cosquilleante entusiasmo
ante la novedad y las cosas maravillosas que pueden suceder, sino por no tener
la capacidad de enfocarse en lo positivo y decantar la negatividad para dejar
que se mantenga a flote sólo lo bueno y positivo o, peor aún, por no tener un objetivo en el
cuál enfocarse.
¿Que la adversidad y la tragedia también
se pueden presentar?, por supuesto, el sufrimiento es parte de la vida e incluso
necesario para darnos algunas lecciones y “suavizar” nuestro Ser, pero siempre
has de tener el poder de enfocarte y decidir en qué quieres poner tu atención e
intención.
La adversidad puede tener el poder de
destrozarnos y sumirnos en el lamentable estado de la depresión sólo si nosotros
se lo permitimos y si no tomamos acción para ejercer un cambio consciente en
las circunstancias que nos pueden estar aquejando.
Las oportunidades, el éxito, la
felicidad, la abundancia, la riqueza, la paz, el amor, todo eso está ahí afuera
en el mundo, esperando a ser reclamado por quienes tengan el valor de luchar
por alcanzarlos y conquistarlos cada día.
No pierdas de vista tus objetivos, refuérzalos
de manera constante, no te desvíes ni divagues. No te estoy hablando de
obsesionarte, hay que disfrutar el camino y observar el paisaje, te estoy
invitando a que simplemente te mantengas enfocado.
Reflexiona este breve dialogo:
"- ¿Podrías decirme,
que camino he de tomar para salir de aquí? Preguntó Alicia.
- Depende mucho del sitio a
donde quieras ir - contestó el Gato.
- Me da casi igual dónde -
dijo Alicia.
- Entonces no importa qué
camino sigas - dijo el Gato"
Lewis Carroll, del libro: "Alicia
en el País de las Maravillas"
¡Enfócate!
¡Hasta mañana!
Escrito por: Tonathiu Estrada
Jueves, 28 de febrero del 2013
Guanajuato Capital, México