La eterna pregunta y punto de debate en temas de liderazgo; un líder ¿nace o se hace? La respuesta puede ser muy clara a simple vista y muchos podrán opinar que un líder nace, mientras otros quizás, podrán decir que para ser un líder hay que adquirir ciertas habilidades que favorezcan el desenvolvimiento de una persona y lo conviertan en tal. Aseverar una u otra cosa con convicción puede no ser la respuesta; vamos a ver cómo es que podemos llegar a una respuesta que se ajuste a los hechos.
En el post ¿QUÉ ES UN LÍDER? Vimos que un líder, esencialmente, es:
Todos en algún punto de nuestra vida hemos conocido alguna persona que de manera natural tiene el “don de gentes”, personas que no sólo son extrovertidas, dinámicas, con una capacidad notable de comunicarse y relacionarse con lo demás sino que, además de todas estas habilidades natas, son capaces de dirigir y persuadir para que determinada meta o propósito se lleve a cabo. A estas personas es a las que solemos catalogar de “LÍDERES NATOS”. Estar en presencia de una de estas personas nos hace sentirnos seguros, tenemos la certeza de que las cosas se han de realizar bien y que, cuando haya alguna situación de caos, ellos sabrán hacer lo que es correcto y llevar las cosas a buen puerto.
Ya sea en el colegio, el trabajo, en algún grupo de amigos o cuando surge alguna contingencia, siempre hay alguna persona que por su fuerza y dinamismo sobresale de los demás, su presencia y carisma impone y de manera natural la gente lo sigue, RECONOCIÉNDOLO DE MANERA TÁCITA COMO EL LÍDER. Una de las características principales de estas personas es que emprenden la acción cuando es necesario, toman la responsabilidad de los hechos y buscan resolver, de manera pronta y eficiente, la problemática del momento.
Ahora, si bien es cierto que estás personas saben tomar las riendas de determinadas situaciones, sobre todo cuando surge algún imprevisto, esto no significa que dichas personas sean capaces de responder al largo plazo.
Por el simple hecho de que nadie nace sabiéndolo todo y hay ciertas habilidades y conocimientos que sólo la experiencia de vida puede proporcionarnos.
Así como hemos tenido la oportunidad de estar en presencia de alguna persona que sabe tomar en sus manos la dirección de algún evento que necesite ser resuelto, también hemos podido evidenciar que cuando la situación se prolonga en el tiempo no siempre los resultados suelen ser favorables.
En el ámbito laboral es muy común encontrarnos con estos ejemplos. Conocemos algún compañero que sobresale de los demás, es carismático, conoce la problemática, tiene experiencia en el área, sabe comunicarse y no tiene ningún problema dirigiendo a grupos de personas. Sin embargo, cuando la presión comienza a ser mayor, el agotamiento y el estrés se apoderan de los miembros del equipo, el clima laboral se vuelve turbio y las exigencias requieren mayor empuje la persona en cuestión “explota”. Aquella figura radiante y alegre se ve sobrepasada por las circunstancias y termina haciendo las cosas como lo hace la mayoría de la gente: para salir del paso y terminar lo más pronto posible.
Como te lo dije más arriba, no nacemos sabiéndolo todo y hay ciertas habilidades que debemos desarrollar si es que queremos convertirnos, no sólo en líderes, sino en BUENOS LIDERES.
Habilidades como la comunicación asertiva, manejo de conflictos, manejo del estrés, delegar, distinguir el poder de la persuasión, saber escuchar, administrar de manera eficiente el tiempo, entre muchas otras, solamente con el tiempo y poniéndose al fuego, es como una persona puede convertirse en un buen líder. Los seres humanos somos como un diamante en bruto que debe ser pulido, como una roca informe que con disciplina, determinación, voluntad, constancia y una actitud a toda prueba hemos de convertir en la obra más perfecta. Somos nuestro propio “David” y nosotros el “Miguel Ángel” de nuestro destino.
Ahora podemos ir respondiendo a la pregunta: El Líder ¿nace o se hace?
Ten presente que para alcanzar el éxito:
Recuerda:
"No se trata de una personalidad magnética, eso puede ser sólo facilidad de palabra. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas, eso es adulación. El liderazgo es lograr que las miradas apunten más alto, que la actuación de la gente alcance el estándar de su potencial y que la construcción de personalidades supere sus limitaciones personales". Peter Drucker.
¿Quieres ser el artífice de tu destino?
En el post ¿QUÉ ES UN LÍDER? Vimos que un líder, esencialmente, es:
UNA PERSONA QUE DE MANERA NATURAL ES CAPAZ DE INFLUIR Y DIRIGIR A UN GRUPO DE PERSONAS, HACIÉNDOLOS TRABAJAR EN CONJUNTO, PARA QUE ALCANCEN DE MANERA EXITOSA UN OBJETIVO EN COMÚN, HACIENDO USO EFICIENTE DE LOS RECURSOS, GENERANDO Y MANTENIENDO EL MÁS ALTO NIVEL DE MOTIVACIÓN ENTRE LOS MIEMBROS DE SU EQUIPO.
Todos en algún punto de nuestra vida hemos conocido alguna persona que de manera natural tiene el “don de gentes”, personas que no sólo son extrovertidas, dinámicas, con una capacidad notable de comunicarse y relacionarse con lo demás sino que, además de todas estas habilidades natas, son capaces de dirigir y persuadir para que determinada meta o propósito se lleve a cabo. A estas personas es a las que solemos catalogar de “LÍDERES NATOS”. Estar en presencia de una de estas personas nos hace sentirnos seguros, tenemos la certeza de que las cosas se han de realizar bien y que, cuando haya alguna situación de caos, ellos sabrán hacer lo que es correcto y llevar las cosas a buen puerto.
Ya sea en el colegio, el trabajo, en algún grupo de amigos o cuando surge alguna contingencia, siempre hay alguna persona que por su fuerza y dinamismo sobresale de los demás, su presencia y carisma impone y de manera natural la gente lo sigue, RECONOCIÉNDOLO DE MANERA TÁCITA COMO EL LÍDER. Una de las características principales de estas personas es que emprenden la acción cuando es necesario, toman la responsabilidad de los hechos y buscan resolver, de manera pronta y eficiente, la problemática del momento.
Ahora, si bien es cierto que estás personas saben tomar las riendas de determinadas situaciones, sobre todo cuando surge algún imprevisto, esto no significa que dichas personas sean capaces de responder al largo plazo.
- ¿POR QUÉ ESTO ES ASÍ?
Por el simple hecho de que nadie nace sabiéndolo todo y hay ciertas habilidades y conocimientos que sólo la experiencia de vida puede proporcionarnos.
Así como hemos tenido la oportunidad de estar en presencia de alguna persona que sabe tomar en sus manos la dirección de algún evento que necesite ser resuelto, también hemos podido evidenciar que cuando la situación se prolonga en el tiempo no siempre los resultados suelen ser favorables.
En el ámbito laboral es muy común encontrarnos con estos ejemplos. Conocemos algún compañero que sobresale de los demás, es carismático, conoce la problemática, tiene experiencia en el área, sabe comunicarse y no tiene ningún problema dirigiendo a grupos de personas. Sin embargo, cuando la presión comienza a ser mayor, el agotamiento y el estrés se apoderan de los miembros del equipo, el clima laboral se vuelve turbio y las exigencias requieren mayor empuje la persona en cuestión “explota”. Aquella figura radiante y alegre se ve sobrepasada por las circunstancias y termina haciendo las cosas como lo hace la mayoría de la gente: para salir del paso y terminar lo más pronto posible.
Como te lo dije más arriba, no nacemos sabiéndolo todo y hay ciertas habilidades que debemos desarrollar si es que queremos convertirnos, no sólo en líderes, sino en BUENOS LIDERES.
Habilidades como la comunicación asertiva, manejo de conflictos, manejo del estrés, delegar, distinguir el poder de la persuasión, saber escuchar, administrar de manera eficiente el tiempo, entre muchas otras, solamente con el tiempo y poniéndose al fuego, es como una persona puede convertirse en un buen líder. Los seres humanos somos como un diamante en bruto que debe ser pulido, como una roca informe que con disciplina, determinación, voluntad, constancia y una actitud a toda prueba hemos de convertir en la obra más perfecta. Somos nuestro propio “David” y nosotros el “Miguel Ángel” de nuestro destino.
Ahora podemos ir respondiendo a la pregunta: El Líder ¿nace o se hace?
UN LÍDER NACE
- EL “BUEN LÍDER” SE HACE -
Ten presente que para alcanzar el éxito:
DEBES DE CONVERTIRTE EN TU PROPIO LÍDER, EL LÍDER DE TU VIDA, TOMAR EL TIMÓN DE TU BARCA Y ENCAMINARTE AL PUERTO QUE REPRESENTE PARA TI ¡EL ÉXITO TOTAL!
Recuerda:
"No se trata de una personalidad magnética, eso puede ser sólo facilidad de palabra. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas, eso es adulación. El liderazgo es lograr que las miradas apunten más alto, que la actuación de la gente alcance el estándar de su potencial y que la construcción de personalidades supere sus limitaciones personales". Peter Drucker.
¿Quieres ser el artífice de tu destino?
Muy buen trabajo, muchas gracias!
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