¿Te has dado cuenta de la reacción que provocas cuando te paras frente
a alguien con una enorme y radiante sonrisa? A menos que
la persona sea un apático, amargado de la vida (¡que abundan en realidad!), la
reacción consecuente es que te responda de igual forma: con una enorme y
hermosa sonrisa.
Esto no es
más que la misma naturaleza poniéndose en acción. Cuando estamos
alegres, rebosantes de alegría, y vamos por la vida irradiando nuestra dicha es
casi inevitable que llamemos la atención de la gente y que, o bien nos volteen
a ver como si fuésemos unos locos o terminen por
esbozar una sonrisa en sus rostros y contagiarse de esa felicidad.
El
mundo es un lugar hermoso donde todas las posibilidades pueden realizarse, si
logramos hacerlo, no es más que la consecuencia de nuestro trabajo y el empeño que ponemos
en luchar por conquistar nuestros sueños y alcanzar el éxito. Sé
también que existen cosas negativas, circunstancias desagradables que nos cimbran
desde las fibras más profundas del Ser pero, ¿sabes qué? AFORTUNADAMENTE TENEMOS LA FACULTAD DE
ELEGIR EN QUÉ QUEREMOS ENFOCAR NUESTRA ATENCIÓN. Podemos concentrar
nuestra energía en lo negativo o enfocarnos en lo positivo y luchar por crear
un mundo mejor.
Una
manera simple de cambiar el mundo cada día es simplemente sonreír. ¡SONREÍR,
SONREÍR Y SONREÍR! Cuando sonríes
de manera constante, aun cuando tu estado de ánimo no está en consonancia, el
simple hecho de hacerlo genera en ti una serie de asociaciones que, créelo o
no, terminarán por ponerte de buen humor y llevarte a un estado de ánimo de
alegría y dicha. El estar de buen humor genera en ti una actitud positiva y
cuando estás en ese estado, TODO ES
POSIBLE.
Otra
de las razones por las que sonreír ayuda a crear un mundo mejor es que los
seres humanos poseemos en nuestro cerebro un cierto tipo de neuronas llamadas neuronas espejo.
Estás neuronas son llamadas las “neuronas
de la empatía” y son las responsables del desarrollo de algunas funciones
como la imitación, la empatía misma, el lenguaje, la memoria y la autoimagen.
Dichas neuronas se activan cuando vemos a una persona realizar alguna acción y, de manera refleja, lo imitamos. De ahí
que cuando ves a alguien entristecerse y a punto de soltar el llanto, tu rostro
mismo adopta la mueca de tristeza, o cuando ves a alguien molesto “con justa
razón”, empatizas y muestras el enojo en tu cara. Consecuentemente,
cuando ves a alguien llegar con una tremenda sonrisa, quizás te
desconcierte de entrada, pero tu reacción será: ¡SONREÍR!
Así
que ya lo sabes:
SI QUIERES
EMPEZAR A CAMBIAR Y CREAR UN MUNDO MEJOR, COMIENZA POR SONREÍRLE A LA VIDA.
Además, no hay mejor accesorio que una enorme y radiante sonrisa.
Recuerda:
“La sonrisa es una verdadera
fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible”. Orison Swett Marden (1850-1924)
¿Ya sonreíste
el día de hoy?